Durante los últimos años cada vez más empresas, organizaciones y gobiernos se han apalancado de las ciencias del comportamiento para desarrollar un pensamiento crítico y experimental que permita generar soluciones a desafíos en áreas como las comunicaciones, la salud, el sector educativo, las finanzas y los desarrollos tecnológicos.
Mediante las ciencias del comportamiento se logra identificar cómo inciden las arquitecturas de elección en lo que hacemos todos los días, en nuestras organizaciones y en el mundo, además de facilitar la toma de decisiones y promover comportamientos de interés.